Había una vez unas zapatillas de bailarina que se encontraban en un desván solas u olvidadas.
Una niña subió un día con su madre a coger unos cuadros y las vió. ¡Oh, que bonitos! Dijo: ¿Me los puedo probar mamá?
A la niña le quedaban muy bien.
Al día siguiente, la niña se fue a clase de baile, y se llevó las zapatillas que se había encontrado. Cuál fue su sorpresa, ¡¡¡ las zapatillas eran mágicas!!!!
Y todas las personas que se ponían las zapatillas bailaban al compás de la música. Así, las zapatillas nunca más estuvieron solas y abandonadas.
Corazón