-Hola
soy una mesa, si, has oído bien soy una mesa y me llamo Vanesa, os voy a contar
mi historia y la de mis amigos:
“Un
día hace ya varias semanas, llegaba la tómbola a mi pueblo. Tres días antes de
esta oí hablar a Noelia, es decir, mi dueña y a su madre Eva:
-¿
Qué vas a dar este año a la tómbola?-ya sabéis en la tómbola se dan objetos para
subastarlos o venderlos y así recaudar dinero para campañas solidarias
y...bueno seguimos con la conversación, no quiero molestar.
-Busca en tu cuarto
y si encuentras algo dámelo.-dijo Eva.
-Vale
mamá vuelvo en un momento.-respondió Noelia.
Yo
lo oí todo desde mi cuarto...quiero decir, el de Noelia, luego la escuché subir
y miré alrededor estaban todos jugando: la silla martina, la cama ramona, la estantería Maria...yo di tres golpes en
el suelo que significaba que alguien venía y... todos se colocaron y yo atenta a la
puerta pensaba en que podía dar Noelia a la tómbola y... si era yo...y
si...Noelia entró y deje de pensar en esas tonterías.
Noelia
dio una vuelta a la habitación, luego cogió a Ana una silla rosa, roja y azul
era muuuy pequeña Noelia la tenía desde los dos años según he oído,¡a si! creo
que he olvidado mencionar que Noelia tiene once años pero eso no importa ahora, la
cogió y llamó a su madre que trajo rápidamente una bolsa de basura y preguntó a
Noelia si estaba segura de eso, también dijo que era un bonito recuerdo de
su infancia, Noelia asintió con la cabeza y Eva cabizbaja se fue con la bolsa
que contenía a Ana (la silla).
Noelia
se tumbo en la cama y... bueno pensé que era mi oportunidad dije bajito a
Roberto, uno de los libros que había sobre mí para que bajara a ver donde había
dejado a Ana para llevarla traspasado-mañana a la tómbola, el edredón,azulín se
enteró y la apretó fuerte contra la cama para que Noelia no pudiera levantarse y
descubrir que Roberto se había ido. Estuvo así mucho tiempo, unos quince
minutos, parecía que Noelia quería levantarse, me di cuenta de esto e hice una
señal para que la soltara, me vió y la soltó fue corriendo al baño y yo al no
saber que hacer empecé a dar golpes en el suelo para avisar a Roberto de que
Noelia se había levantado, Eva alarmada gritó:
-¡Noelia!¿Que
estás haciendo?¿Que son tantos golpes?
Entonces
fue cuando Roberto entendió que fui yo la de los golpes así que aprovechó el
momento en el que Eva fue a comprar un vestido para un baile en la antigua
escuela para ver a sus compañeros de instituto o algo así, bueno Roberto subió
y nos dio la información:
-He...he
visto a Ana estaba... estaba...-dijo jadeando-en una bolsa negra de basura
aunque, la verdad había mas bolsas pero, esa era la única que se movía.
Noelia
se acercaba y yo di la voz de alarma, tres golpes en el suelo. Eva entró a la
casa y dijo:
-Noelia
vamos al parque ¿ quieres venir?
Noelia
muy veloz cogió su abrigo,su bolso,su libreta,un lápiz...y bajo las escaleras
muy deprisa, cerró la puerta y se fue.
Yo
dije que deberíamos ir a rescatar a Ana todos dieron dos golpes en el suelo
(significa sí)bueno todos excepto...una pequeña muñeca blanca de porcelana que
dio un solo golpe (significa no)todos la miramos de manera malévola y fuimos
escaleras abajo.
Llegamos
al fin abajo, se acabó el festival de golpes que escalón a escalón los muebles
hacíamos. Como iba diciendo, llegamos y preguntamos a Roberto adonde debíamos
ir el empezó a dar vueltas y no sabía que decir, la mesa del comedor nos miró y
dijo, entre otras cosas, que debíamos ir hacia la derecha y que teníamos poco
sentido de orientación, nosotros confiados fuimos y abrimos un gran armario que
estaba hasta arriba de bolsas, como mucho podía caber dos bolsas más. Entre
tantas bolsas no sabíamos cual era la que contenía a Ana, volvimos a preguntar
a Roberto y su respuesta fue:
-Esto...
es que...¡no me miréis así, no era mi obligación! Yo...antes se movía.
Parecía
que Ana se había cansado de moverse y viendo que era inútil, paró.
No
sabíamos que hacer. Me quede pensativa pensé que solo había una opción, alguien
pequeño y valiente debía entrar al armario e ir bolsa por bolsa dando pequeños
golpes y cuando una de las bolsas se moviera, abrirla y sacar a Ana
rápidamente. Me di cuenta de que no era posible ya que no había nadie que
tuviera las condiciones adecuadas para encontrar a Ana y desatarla ya que
estaba todos los libros pero, ellos no podían desatar ya que no tenían manos.
Comunique la situación y todos cabizbajos nos dimos la vuelta para volver a la
habitación.
Al
darnos la vuelta vimos a...la pequeña muñeca de porcelana que dijo:
-He
oído que necesitáis a alguien pequeño, valiente y con brazos y aquí estoy.-dijo
un poco avergonzada.
-No
importa pero date prisa creo que las oigo venir- dije yo.
Empezó
a abrir las bolsas cuidadosamente;una tenia zapatos, otra ropa, otra juguetes
de cuando Eva era pequeña...pero no había ni rastro de Ana.
Uno
de los libros que estaba asomado a la ventana dio la señal de alarma justo en
el momento en el que la muñeca había encontrado a Ana, ahora teníamos un
problema menos pero de todos modos, Eva y Noelia nos iban a pillar, ¿que
podíamos hacer?
Ya
sé, deberíamos de ir al patio ellas nunca salían ya que estábamos en invierno
no apetecía mucho salir, me dirigí rápidamente hacía la puerta del patio y,
como es normal todos me siguieron, una vez allí todos nos camuflamos como mejor
pudimos.
Pero...
algo se me había olvidado,¡oh, no la muñeca de porcelana seguía dentro! Roberto
se dio cuenta y entró a por ella dio varios golpes y la muñeca salio y dijo:
– He
pensado que yo voy a irme a la tómbola y así rellenaré esta bolsa vacía, creo
que alguien me acogerá y podre vivir con gente como yo.
Roberto,
sorprendido fue a contarnos lo ocurrido y también que la de antes era una falsa
alarma no eran ellas así que fuimos a la habitación de Noelia que al llegar se
le hizo raro no ver a la muñeca pero en una semana se acostumbro.
Espero
que os halla gustado mi historia, a si he olvidado decir lo agradecida
que era Ana, cada vez que Noelia se iba, y creedme eran muchas veces, Ana nos
daba las gracias por salvarle la vida.
Seudónimo: Chispa