PROBLEMA EN LAS ALTURAS


Era un hermoso día de primavera, exactamente el 15 de Mayo, fiesta y romería de San Isidro Labrador en Valenzuela.
Me había levantado muy temprano para organizar mi mochila para irme a la romería; palas, coches, el bocata, zumo, agua y una chuchería.
Cuando volví a mi habitación había un gran alboroto de todos mis juguetes.
Todos ellos se movían y hablaban a la vez.
Entré dentro, pero ellos seguían gritando y peleando. No sabía que ocurría, hasta que mi conejito Lulú silbó muy, muy fuerte y todos quedaron en silencio. De esta forma una
vez serenados, los juguetes decidieron poner a un representante o delegado el cual sería el que me transmitiese el problema.
Ellos por votación y mayoría cogieron a mi osito Oscar como delegado.
Éste se bajó de la cama y me tiró de la camiseta, le miré a los ojos y entendí que había un problema que necesitaba solución.
Nos sentamos en la alfombra de mi habitación y hablamos largo y tendido, pero sobre todo tranquilos y sin gritos.
El osito Oscar, me contaba lo disgustados y enfadados que estaban los juguetes, así como libros y peluches, que estaban situados en las estanterías más altas, ya que apenas los cogían para jugar y divertirse, por lo que se sentían solos y tristes.
La verdad que no me había dado cuenta de esta situación.
Me sentí muy triste por el problema y contento por contar conmigo para resolverlo.
Finalmente dimos con una posible solución “ alternar cada dos meses los juguetes, libros, peluches...de lugar y posición” pasando y rotando los de arriba/abajo y los de abajo/arriba.
Mi osito Oscar y yo trasladamos la posible solución al resto de juguetes de la habitación y casi todos la dieron por buena.
Salvo, mi perrito Lucas, que sí que le gustaba estar siempre en las alturas pero los demás respetaron su decisión.
El acuerdo fue casi unánime, excepto por mi osito Balú, que refunfuñaba y no le gustaba, pero comprendió que si la mayoría le parecía bien, él también aceptaba.
Así una vez ya todos de acuerdo, los cogí uno por uno y los puse en la alfombra e hicimos una gran fiesta con todos juntos con los de ARRIBA Y CON LOS DE ABAJO, y donde un gran cuento y abrazo no faltó.
Estuve con ellos hasta las 12:30, hora en la que mis amiguitos pasaron a recogerme para irnos a la romería,
Me fui feliz, al verlos a ellos satisfechos y contentos.

AZULIN, AZULADO ESTE CUENTECITO SE HA ACABADO